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Trotar o caminar a un ritmo rápido. Este tipo de actividad ayuda a mantener los músculos del perineo en un tono constante. Para mantener un tono muscular suficiente, el paciente debe caminar al menos 10.000 pasos por día a cualquier intensidad. Este tipo de actividad tiene la menor cantidad de contraindicaciones y no se recomienda su uso solo durante una exacerbación significativa de la enfermedad.
sentadillas El ejercicio es útil para mejorar el suministro de sangre a la próstata. Está terminantemente prohibido ponerse en cuclillas con una carga adicional. Las sentadillas se pueden realizar con apoyo en una silla o en la versión estándar. Las sentadillas se consideran técnicamente correctas cuando se realiza un ejercicio con la espalda perfectamente plana, descendiendo hasta el nivel de formar un ángulo de 90 grados entre el muslo y la parte inferior de la pierna sin levantar los talones del suelo.
Bicicleta recostada sobre la espalda. Un ejercicio muy conocido, que además estimula un aumento del riego sanguíneo y la liberación de líquido prostático. Se puede hacer una bicicleta incluso para pacientes a los que se les prohíbe hacer un gran esfuerzo físico. Clásicamente se realiza acostado boca arriba, presionando los brazos y los omóplatos con fuerza contra el suelo, mientras se imita el movimiento de pedalear con los pies. No se recomienda reemplazar este ejercicio con andar en bicicleta o en una bicicleta estática, ya que el asiento delgado y duro ejerce presión sobre los músculos prostáticos y perineales que ya están sufriendo.
Pies de tijera. Junto con una bicicleta, se considera un ejercicio extremadamente efectivo. La técnica de ejecución consiste en adoptar una posición prona, presionando la cabeza, los brazos y la espalda contra el suelo, mientras se elevan ligeramente las piernas, realizando movimientos cruzados que asemejan el trabajo de unas tijeras. Este ejercicio, además de fortalecer los músculos del piso pélvico y estimular el flujo sanguíneo en la pelvis, fortalece los músculos abdominales. Para un efecto positivo, basta con realizar 10-12 repeticiones.
Caminar sobre las nalgas. El ejercicio es extremadamente eficaz en la prostatitis crónica, ya que aumenta la función eréctil de la próstata, que es la más afectada en esta forma de la enfermedad. El ejercicio se realiza en posición sentada con las piernas estiradas. En este caso, debe mantener la espalda lo más uniforme posible y hacer movimientos graduales con los músculos de los glúteos, simulando caminar.